El documental que analizamos la semana pasada produce,
como hemos visto, sensaciones de tristeza o rabia ante algo que tendemos a
percibir como injusto. Y es que, intuitivamente, consideramos que los seres
humanos, todos los seres humanos, deberían tener algún tipo de “privilegios”,
de derechos, simplemente por el hecho de ser personas, con independencia de su
dinero o situación.
Como hemos estado viendo a lo largo de la primera
evaluación, y como nos recordaba el vídeo, el ser humano tiene unas
características que lo hacen diferente de los demás seres: es capaz de razonar,
procesar la información, manipular lo que le rodea, analizarlo, convertir las
emociones en sentimientos, establecer juicios en base a unos valores. Todas
estas características nos hacen merecedores de una DIGNIDAD que debería ser
garantizada en cualquier circunstancia. En las páginas 40 y 41 de tu libro de
texto tienes desarrollada esta idea.
Ahora bien, ¿cuáles son esos derechos mínimos y
fundamentales que cualquier persona, simplemente por el hecho de serlo, debería
disfrutar? En 1948, la ONU proclamó su Declaración Universal de los Derechos Humanos
como un referente de los derechos que deberían ser garantizados y defendidos en
todos los países del mundo.
Todo esto suena muy bien, ¿no? Pero tanto los fundamentos
como la puesta en práctica de estos derechos son más complicados de lo que parece
a simple vista, tal como vamos a comprobar.
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1.
LA REALIDAD
Cada uno de vosotros ha tenido que reflexionar sobre uno de
estos dilemas.
Están extraídos de una unidad didáctica propuesta por Amnistía Internacional,
una organización que promueve y vigila el respeto a los Derechos Humanos en el
mundo. En la introducción a la actividad, ellos mismos nos exponen los
objetivos de la misma:
Los derechos contenidos en
la Declaración Universal de Derechos Humanos son hoy aspiraciones
irrenunciables –y mínimas- de la Humanidad. La masiva violación de estos
derechos en el mundo actual es una fuente continua de tragedias personales y de
conflictos jurídicos, políticos y bélicos. Existen, y cada vez son más
conocidos, dirigentes políticos y militares perseguidos por la justicia a causa
de haber vulnerado los derechos fundamentales de sus conciudadanos. Y es una
señal alentadora que, con la creación del Tribunal Penal Internacional, este
acoso a los violadores de derechos humanos haya tomado recientemente un
carácter global.
Sin embargo, mientras que las atrocidades
instigadas por personajes tan tristemente célebres como Augusto Pinochet o
Slobodan Milosevic no son materia de discusión, hay otras situaciones en que
las cosas no están tan claras. Casos en los que lo justo y lo injusto están
separados, como en el proverbio hindú, por el filo de una navaja. ¿Debemos
ceder algo de nuestra libertad para aumentar nuestra seguridad? ¿Es lícito
desencadenar una guerra para poner fin a un genocidio? ¿Se puede torturar para
salvar vidas de inocentes? ¿Tiene derecho a gobernar un partido que ha ganado
democráticamente unas elecciones, pero que está en contra de algunas libertades
individuales? La violencia de género, ¿es una cuestión de derechos humanos o
solamente un problema penal? ¿Es justificable la pena de muerte para algunos
crímenes, tales como el genocidio? ¿Están justificados en algún caso (p ej,
para acortar una guerra) los bombardeos de ciudades? ¿Es justificable alguna
forma de violencia contra regímenes que
violan los derechos humanos? Ninguna de estas preguntas tiene una respuesta
fácil, sino que todas ellas contienen un dilema. Por lo tanto, son excelentes
ejercicios para informarse, reflexionar, opinar, escuchar otras opiniones e
intentar rebatirlas; para llegar quizá a conclusiones, una de las cuales
debería ser que el mundo de los derechos es complejo y apasionante.
Todos los casos que siguen están basados en
hechos reales. Van acompañados de una información previa que sirve de contexto.
Todos acaban con una pregunta: el Dilema en derechos humanos. No tienen, por el
contrario, una sola respuesta. Con la ayuda del profesor, cada grupo de clase debe
buscar las suyas.
2.
INTERCAMBIO DE OPINIONES
Partiendo de la reflexión individual, deberéis trabajar el
tema en pequeños grupos para intercambiar opiniones e intentar llegar a una
postura común. En esteotro documento, tenéis los datos y argumentos que se han proporcionado a
cada grupo, y que deberían ayudaros a posicionaros con respecto al dilema que
se os ha planteado.
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3.
EXPOSICIÓN
A continuación, cada grupo deberá hacer una exposición de su
dilema ante la clase. Esa exposición no deberá durar más de 15 minutos y deberá
atender a los siguientes aspectos:
1.
Exposición del caso (teniendo en cuenta tanto la
primera fotocopia como los datos complementarios que hayáis averiguado sobre él)
2.
Argumentos a favor
3.
Argumentos en contra
4.
Postura del grupo
a.
En caso de haber llegado a un acuerdo,
justificar por qué se ha dado prioridad a unos argumentos sobre otros.
b.
En caso de no haber llegado a un acuerdo, cada
alumno o par de alumnos debe intentar convencer a la clase de su postura justificando
la importancia de los argumentos que ha considerado más importantes.
4.
CONCLUSIONES
Al acabar cada clase, de manera individual, cada alumno
deberá redactar un pequeño trabajo para entregar:
1.
Resumen de las exposiciones de sus compañeros (puedes
tomar nota durante la clase o redactarlo inmediatamente al llegar a casa, pero
no esperes mucho o se te olvidarán las cosas)
2.
Opinión personal
3.
Derechos humanos implicados en el problema (consulta
la declaración
aquí o en las páginas 89 a 91 de tu libro de texto)
DOCUMENTO PARA CLASE